Fauna nocturna

Os ponemos en situación: tú amiga “heterosexual ” (todas lo son hasta que se demuestra lo contrario) y tú en el bar de moda de la ciudad rodeadas de hombres que os miran como sí fuerais un helado con 3 toppings.

Vosotras estáis tan tranquilas riendo y dándolo todo en la pista de baile cuando notas una mano sudorosa en tu espalda… Entonces te giras y ves al típico “maromo español” de copa en mano y chorrete de sudor que te está balbuceando vete tú a saber qué chorrada: “me estás pisando en jersey”, “¿vienes mucho por aquí?”, “estáis muy solitas, ¿necesitáis compañía?”… O en el peor de los casos os perrea ¡NOOOOOOOO!

El maromo acechando a sus próximas víctimas

Tu amiga detecta la cara de horror máximo y acude en tu ayuda, pero en lugar de arreglarlo lo estropea más con la célebre frase “somos novias”, y es aquí cuando empieza el verdadero drama.

El machorro siempre dirá que no se lo cree, y en ocasiones añadirá “si estáis buenas ”, lo cual te hace pensar que este cromañón solamente ha visto lesbianas orcos, y después os pedirá que os deis un beso para demostrarlo. Tú te niegas en rotundo, pero cuando te quieres dar cuenta tienes los morros de tu amiga la que se ha bebido hasta el agua de los floreros, pegados a los tuyos para deleite del personaje.

Una vez que has llegado a ese punto solo te queda la huída antes de que el susodicho empiece a soltar más burradas y tonterías de lo que tu cerebro puede soportar y termine con una copa estampada en la nuca (abordaremos este tema más adelante).